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domingo, 30 de noviembre de 2014

Rincón Personal: Conducir es un arma de doble filo

Hoy vengo a hablaros de algo en un tono más personal, más crítico y opinativo, apartado de noticias curiosas semanales donde adapto un rol periodístico. Incluso tampoco será como los microcuentos, donde meto sentimientos profundos encontrados en pequeños trozos de literatura. Hoy vengo a hablaros de mi opinión sobre cierto tema, y según me guste y vea su aceptación, seguiré con ello o lo dejaré apartado.
Bien, comenzaré en este ‘Rincón Personal’ hablando de coches. Pero no amigos, no discutiré si unas marcas son mejores que otras, o cuales llevan mejor motor; hablaré acerca de la peculiar manera que tienen ciertas personas de interpretar la conducción, tanto por poblado como por autopista. Naturalmente, y esto la mayoría lo pensará igual que yo, los hombres conducimos peor; sin embargo, sois las mujeres las que os lleváis la palma cuando nos encontramos en una situación con vosotras. “¡Dios que lenta va, fijo que es una tía!” “¡Pero cómo puede hacer eso! Madre mía con la pava esa…” y un largo etcétera de improperios injustificados – la mayor parte de las veces – que os lleváis. Con esto por supuesto no quiero decir que las mujeres sean unas diosas al volante, pues como todo en esta vida, nos encontramos con gente y gente que conduce bien, mal o peor.
En mi humilde opinión de conductor con dos años de carnet, he de decir que mis dos profesores de autoescuela alababan a las mujeres por su correcta forma de conducir, pues los hombres tiramos siempre hacia el orgullo y a conducir mejor que nadie. Y esto nos lleva al kit de la cuestión: ¿por qué nos creemos los reyes del mundo cuando montamos en el coche? Esta pregunta, repito, va dirigida tanto a hombres como a mujeres. Debemos tener en cuenta que lo que tenemos entre las manos al conducir es un volante para dirigir la trayectoria de nuestra vida, y pisamos unos pedales para acelerar y/o frenar en diversas situaciones. No soltaré ningún rollo “tenemos un arma en las manos cuando conducimos…” “no hay que correr…” pero sí os diré, que hay que tener un poquito de cabeza.
Ortega Cano, famoso ex torero y un peligro al volante
Ortega Cano, famoso ex torero y un peligro al volante
Investigando por la red encontré que los que peor conducen a nivel europeo son los italianos, seguidos por los griegos y como colofón los que mejor conducen son los alemanes. En España somos muy autocríticos, decimos que es cierto que no conducimos bien y que siempre vamos con prisa e incluso con agresividad, insultando a los demás compañeros de asfalto. Pero a nivel europeo nos ven por la mitad, es decir ni buenos ni malos conductores; nos creamos nosotros mismos la fama, pero tampoco hacemos nada por llegar a ser – supuestamente – como los alemanes (que extraño, ¿verdad? otra cosa más en lo que parecernos a nuestros vecinos del norte). Desde mi punto de vista también lo creo, somos malos conductores, pero al menos yo cambio un poco mis hábitos y procuro conducir con dos dedos de frente. Por otra parte, pude corroborar este verano que no solo en Madrid y Barcelona vamos un poco como locos, sino que Mallorca se llevaba… la Palma. No os recomiendo conducir por la cadena montañosa balear, es de locos, no nos matamos de milagro.

En fin, no os quiero aburrir con datos específicos de cada comunidad española ni mucho menos europea, pero sí quería hablaros de mi experiencia personal. En el último mes, y esto es totalmente verídico, he estado a punto de ser atropellado hasta en cuatro ocasiones. La primera de ellas, incluso me vi obligado a saltar a la acera desde la mitad del paso de cebra ¡un paso de cebra! porque sino me arrollaba un coche familiar bastante grande. Todo esto me ha ocurrido en mi barrio, en Madrid, y puedo decir con total seguridad que solo una de las cuatro veces el conductor era una mujer (y justamente la primera). Yo entiendo que la gente vaya con prisa, llegue cabreado/a del trabajo, o incluso se vea apurado porque hace un mes que no hace el amor y tenga ganas, pero es que me da igual, a mi me importa mi vida y no quiero que se acabe teniendo 20 años porque alguien me atropelló al no poder esperar para follar. Esto a modo exagerado, pero seguro que más de uno ha corrido con el coche por esto.
Tengamos un poco de cabeza, solo eso, y pensemos que no todos podemos ser ni somos conductores, pero sí que todos somos peatones, y lo que un día estás a punto de hacer a una persona con tu coche, es probable que al día siguiente te lo hagan a ti…
“Desde que aprendí a conducir me volví más cuidadoso al cruzar la calle”
Tomás García – @ThunderVK

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